Un vacío inconmensurable se despliega, un silencio pacífico y arrollador, una falta de sentido tan absoluta que estremece todas las partículas de mi cuerpo.
Una felicidad tan genuina que jamás sospeché. Una plenitud que me carcome de ansiedad y me tienta a dar vueltas alrededor de mi propio rabo.
Con algo de esfuerzo y concentración resisto la tentación de matar a este instante. "Permanece ahí, no hay preguntas, no hay respuestas", me susurran.
Extendida entre la tierra y el cielo en amorosa vigilia, dejando que un hilo me atraviese y me conecte con el todo.
Siento terror. Y luego una enorme placidez. Conmovida, agradecida. Y ahora, tan sólo, un paso más...
Obras de la artista plástica Edellweiss Ortigüela
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