Una de las escenas más bellas y profundas del cine animado infantil.
La enseñanza final de Oogway a Shifu.
La partida del Maestro.
La oportunidad del verdadero desarrollo para Shifu.
Oogway: Amigo mío, nunca completarás tu destino hasta que no dejes ir la ilusión del control.
Shifu: ¿Ilusión?
Oogway: Mira a este árbol, Shifu. No puedo hacerlo florecer cuando me da la gana o que de frutos antes de que sea su tiempo.
Shifu: Pero hay cosas que sí podemos controlar: puedo controlar cuando la fruta caerá, cuando sembrar la semilla. Eso no es una ilusión, Maestro!
Oogway: Oh, si, pero no importa lo que hagas, esa semilla se desarrollará en un árbol de durazno. Tal vez tu querías un manzano o un naranjo, pero sólo conseguirás duraznos de éste árbol.
Shifu: Pero un durazno no puede vencer a Tai Lung!
Oogway: Tal vez pueda, si estás dispuesto a guiarlo, nutrirlo y creer en él.
Shifu: Pero, ¿cómo?, ¡¿cómo?! Necesito tu ayuda, Maestro.
Oogway: No, tu solo necesitas creer. Prométeme, Shifu, prométeme que creerás.
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