jueves, 29 de abril de 2010

Monsters Inc.

En las profundidades habitan.
En espacios oscuros, fríos, silenciosos.
Allí reinan.

Debajo de su piel rugosa,
De sus rostros ajados y
Su estampa tenebrosa
Esconden su dolor,
Su pena y, también,
iluminados con sabiduría, su ternura.


martes, 20 de abril de 2010

Amistad

Hoy leí un mail que hacía tiempo tenía archivado en mi bandeja de entrada y que quiero compartir con ustedes. Trata sobre la opinión que diversos personas del mundo intelectual y religioso ofrecen acerca de la amistad:


"¿Cuál es el sentido de la Amistad? Obviamente hay todo tipo de razones físicas para nuestras amistades: disfrutamos de la compañía, son agradables para conversar, nos hacen reir, pero este no es el verdadero propósito.

Los kabalistas enseñan que una de las verdaderas elecciones que hacemos en la vida es nuestro medio ambiente y los amigos con los que nos rodeamos. Esto tiene una tremenda influencia sobre nosotros porque todo fluye desde ahí.

Considera esto: pones una semilla de manzana en la mesa y la riegas por meses. Naturalmente, si la regaras millones de años no se convertiría jamás en un árbol. Pero si la colocas en la tierra y la riegas, entonces se convertirá en un árbol. El potencial para la grandeza es verdadero siempre en esa semilla, pero el ambiente hace la diferencia.

Lo mismo sucede con las personas.

La razón central espiritual para una Amistad es que puede –y debe- ayudarnos a cambiar y crecer. Amigos son las personas que nos llaman a nuestros asuntos, nos empujan a crecer y nos acompañan y contienen en este proceso.

No podemos subestimar lo importante que buenos amigos son para nuestro crecimiento en la vida.

De hecho, una de las primeras frases escritas en la biblia en relación a la humanidad es: “no es bueno que el hombre esté solo”. No podemos alcanzar nuestro potencia o vivir una vida de plenitud sin grandes e inspiradores amigos a nuestro alrededor.

Por lo tanto, si decidimos estar rodeados de amigos que no son positivos o que critican entonces será casi imposible no caer en ese tipo de comportamientos.

Tenemos que valorar la cantidad de influcencia que nuestros amigos y entorno ejercen sobre nuestra vida. Una vez que sabemos y entendemos la importancia que tienen, entonces ahí debemos evaluar a nuestras amistades. Todo lo demás es secundario a esta pregunta: este amigo, ¿me ayuda a convertirme en una mejor persona, me empuja y ayuda a crecer?”.

Una vez que hacemos esta evaluación, entonces la respuesta es bastante sencilla. Si tenemos un amigo que nos hace sentir menos, nos hiere, o no nos permite crecer, o nos hace sentir mal, entonces clararmente esa amistad o ese ambiente no son positivos para nosotros. Tenemos la responsabilidad de disminuir esa amistad. No solo no está cumpliendo su objetivo sino que tiene un efecto detrimental sobre nosotros.

Ahora esto no significa que esté bien sacar a las personas de nuestra vida. De hecho, la primer cosa que deberíamos hacer cuando notamos que una amistad no está funcionando es ver de qué manera podemos contribuir para atravesar este momento. Tal vez si hablamos con nuestro amigo claramente y con empeño logremos que esta circunstancia cambie. Es nuestra primera responsabilidad ayudar a nuestro amigo a convertirse en una mejor persona. Pero, asumiendo que hemos hecho todo lo que estaba a nuestro alcance y, aún así, no logramos producir la mejora, entonces sí es nuestra responsabilidad disminuir nuestro lazo.

Por favor, noten mi elección de palabras: disminuir, no cortar. Mi padre me enseño que si alguien es tu amigo, siempre será tu amigo. No significa pasar 24 horas al dia, 7 días a la semana juntos si te hace sentir mal. Pero tampoco significa que si tu ayuda es necesaria, tu no debas ayudar. Si alguna vez fue tu amigo, entonces lo será para siempre en ese sentido. Solo porque tomamos la decisión de que es alguien con quien no debemos pasar mucho tiempo no significa que debamos cortar nuestros lazos de corazón.

Evalúa tus amistades. Si te acompañan en tu crecimiento y cambio, entonces consérvalas. Si te perjudican, entonces disminuye tu contacto. Pero, una vez más, un amigo es siempre un amigo. A pesar de que no sea ya una presencia constante en tu vida, si existe una oportunidad para ayudar tu deberías hacerlo, siempre abierto porque la amistad verdadera nunca termina" Michael Berg. Co-Director of The Kabbalah Centre.

“Viejos amigos” y “verdaderos amigos” no son necesariamente lo mismo. Los viejos amigos han superado la prueba del tiempo; los amigos verdaderos están más allá del tiempo. Los verdaderos amigos tal vez han estado en tu vida desde que eras pequeño o sólo aparecieron ayer, pero es la cualidad del corazón lo que te hace conocerlos no los años que han transitado juntos.

La mayor parte de las relaciones son situacionales, a pesar de que no queremos admitirlo. Crecen de intereses comunes y circunstancias comunes. Tu grupo de yoga, tus compañeros de trabajo, tus compañeros de universidad o de colegio, todos son ejemplos de amistades situacionales. Dentro de estos enclaves, tal vez nos sentimos más cercanos a algunas personas que a otras. Pero a medida de que las circunstancias de nuestra vida cambian tomamos direcciones separadas, el terreno común comienza a desaparecer y mantener las conexiones conlleva mucha energía –a veces, ¡demasiada energía!-. Esto no es algo que deba deprimirte: las amistades situacionales no son falsas, simplemente no son para siempre.

A veces no sólo es correcto sino que es imperativo dejar atrás ciertas amistades. Si iniciaste un camino de reconversión o decidiste hacer más sana tu vida tus viejos amigos del bar con los que te reunías a tomar tal vez no sean los compañeros más apropiados para ti. La gente que se embarca en una práctica espiritual regularmente reportan “perder un set completo de viejos amigos al tiempo que gana un set de nuevos”. Las parejas que se convierten en padres, pronto se encuentran separándose de amigos solteros mientras, tristemente, las parejas que se separan, frecuentemente se encuentran “divorciadas” de su parejas felizmente casadas. Mientras que esto puede ser doloroso, como toda pérdida de intimidad lo es, se convierte en corrosivo psicológicamente sólo cuando tienes que combatir tu propio prejuicio de que esto no debería ser así. Nadie ha fallado, es sólo la vida que está haciendo de las suyas.

De cualquier forma, los amigos verdaderos existen, milagrosamente escondidos detrás de todo el flujo situacional. ¿Cómo los reconocemos? Usualmente se revelan a sí mismos luego de que una situación ha cambiado. Y el resultado puede ser sorprendente: a veces la gente que se mantiene en tu vida y los que desaparecen no son los que hubieras predecido. Pero esos amigos para siempre, a pesar de que surgieron en una situación particular de la vida parecen compartir siempre tres características: 1) Tienen la capacidad de crecer con vos (y vos con ellos); 2) Son de baja mantención, raramente se imponen o te proyectan sus expectativas; 3) Contactarse con ellos no es jamás un trabajo, sino un regalo de corazón a corazón. Ese tipo de amigos –una raza rara y especial- tienen la habilidad de estar siempre sintonizados emocionalmente contigo a través de los baches de tiempo y del espacio. Tal vez no sabes nada de ellos en tres años, pero un día el teléfono suena y allí están otra vez y es como si nunca hubieran desaparecido.

No podemos comandar al corazón, por supuesto. No podemos predecir el potencial que tienen nuestras amistades de convertirse en las verdaderas o imponer nuestras expectativas como un requerimiento unilateral. Pero, paradójicamente, tal vez la mejor forma de ayudar a nuestros amigos a crecer sabiamente es tomar responsabilidad de nuestra propia soledad.

Ninguna amistad puede sobrevivir bajo la coerción y la demanda. Si cansamos a nuestros amigos, o nos escondemos de nuestra soledad o aburrimiento o miedo; si esperamos que ellos estén ahí para nosotros porque no sabemos estar ahí para nosotros mismos, entonces esta amistad se transformará en dependencia. La relación se llena de expectativas, objetivos ocultos y decepciones que, eventualmente, nos terminan por agotándonos. Cuando alguna de las partes comience a sentir que esa amistad lo está “secando” es seguramente un síntoma de que hay un iceberg de expectativas escondido por debajo de la superficie, situación de la que son cómplices ambas partes. Cuanta mayor responsabilidad podamos tomar sobre nuestro propio bienestar emocional, cuanto más cómodos vivamos en nuestra propia piel, más posibilidades tendrá una amistad de convertirse en lo que debe convertirse, sea para toda la vida o sea sólo para el milagro del presente: una corriente espontánea de nuestra peculiar capacidad humana para la intimidad, la compasión y la alegría." Cynthia Bourgeault. Founding director of the Aspen Wisdom School in Colorado and principal visiting teacher for the Contemplative Society in Victoria, BC, Canada.


“¿Qué significa ser un amigo?” y “¿Cuál es nuestra responsabilidad hacia los otros?

Hoy caminaba por la ciudad. Disfruto de interactuar con cualquiera que me encuentre. La gente suele ser mucho más agradable cuando no tenemos una historia con ellos, es fresco. Y hace que me pregunte…

Pareciera que tenemos acuerdos tácitos con las personas con las que compratimos una historia. Tenemos acuerdos que no cambian y sostienen ciertas dinámicas que son cómodas, que nos hacen sentir seguros. Tales acuerdos pueden ser insidiosos y tal vez ni si quiera estemos advertidos de que existen.

Podemos, por ejemplo, compartir en una relación un acuerdo de que “la vida es dura” o que “somos los únicos que nos comprendemos”; o tal vez tenemos un enemigo en común. Tal vez hallamos un amigo de la secundaria en Internet y acordamos en relacionarnos de la misma forma que lo hacíamos hace 20 años, a pesar de que hemos crecido, tenemos una familia y vemos el mundo de una manera completamente diferente. Algunas veces en las relaciones acordamos en negar una situación no saludable que está aconteciendo, como el abuso de una sustancia o una enfermedad. Otras veces acordamos en tomar ciertos roles dentro de una relación como ser el “jefe”, la “víctima” o el que posee la fortaleza. Como parte de nuestra dinámica tal vez tengamos un acuerdo tácito de tomar la responsabilidad por la vida emocional del otro en una forma que no lo beneficia porque lo obstaculiza para encontrar independencia emocional. Esos acuerdos son desafiados cuando una persona comienza a cambiar y avanza en su vida.

Lo importante es reconocer que los acuerdos necesitan más de una persona para ser llevados adelante. Si vemos que un acuerdo no está siendo beneficioso para nosotros o para nuestro amigo es inteligente romperlo. Y es posible romper el acuerdo sin abandonar la amistad. De hecho, es un acto de coraje y compasión para con nosotros mismos y para nuestro amigo.

Todos buscamos nuestro bienestar y felicidad en la vida. Por lo tanto, el propósito de la amistad es acompañar y ser acompañado en nuestra búsqueda de ese objetivo. Al mismo tiempo, romper acuerdos que no nos benefician despierta nuestro deseo de crecer y experimentar nuevos aspectos de nuestra persona y del mundo. Hay muchas formas de ser en una relación y esta es una oportunidad de aprender algo nuevo.

Por supuesto que siempre hay posibilidades de que nuestro amigo no esté interesado en trabajar la relación junto a ti. Esa es su elección. Pero no significa que no podemos permanecer fieles a nuestro amigo; no significa que tenemos que renunciar a que nos importe o a desearle bienestar. No hay necesidad de abandonarlos. De hecho, como ciudadanos de la raza humana, ¿no es acaso nuestra responsabilidad no abandonar jamás a nadie?

Si vivimos con claridad e integridad, ¿cómo puede esto entrar en conflicto con los otros? Nuestra relación con los demás tiene que ver con la relación que tenemos con nosotros mismos. En un sentido más amplio, cultivar el amor y cuidar a todos los seres vivos es la única forma de vivir con integridad y sentido." Elizabeth Mattis- Namgyel. Writer.

"La Amistad es uno de los regalos más perdurables y maravillosos de estar vivos. La amistad es universal en la humanidad. Niños pequeños comienzan sus amistades compartiendo curiosidades, juguetes y risa. A medida que vamos creciendo, algunos amigos se desarrollan junto a nosotros y nos convertimos en compañeros y agentes de contención y amor. Creo que la amistad sirve como un espejo de nuestra esencia. El amor, la risa y la preocupación mutuos nos dan un sentido de nosotros mismos y, en algunos casos, supera el que sentimos por miembros de nuestra propia familia. Nuestros amigos se convierten en nuestros historiadores, en los guardianes de nuestros secretos y en nuestros camaradas. En los años que trabajé como terapeuta, los amigos de mis pacientes han llenado mi consultorio con su presencia: como defensores acérrimos, alentadores y salvadores de vidas.

La amistad puede cambiar e incluso terminar luego de algún período de tiempo. Probablemente todos tengamos amigos que estuvieron tan involucrados en determinados momentos de nuestra vida que la idea de que en algún momento no estén cerca nuestro parece imposible. Sin embargo, así como en otro tipo de relaciones humanas, las amistades son complicadas y están sujetas a conflictos y tensiones. Hay incontables razones para que algunas de las amistades más sólidas se rompan. En el nivel más básico, las amistades pueden cambiar cuando dos personas se van separando naturalmente por circunstancias de la vida. Esto puede suceder luego de haber compartido experiencias durante determinados períodos de sus vidas, como pudo haber sido crecer en el mismo barrio, ir a la misma escuela o ser compañeros de deportes. A medida que crecemos y maduramos, la amistad que una vez fue perfecta para nosotros ya no lo es y la dejamos atrás. Con suerte, este cambio ocurre gradual y naturalmente con el curso de los años y sin demasiadas tensiones. La proximidad física también es muy importante para crear y mantener conexiones estrechas con amigos.

El fin más doloroso tiene que ver con aspectos psicológicos y emocionales muy complejos que se relacionan con la ansiedad y el sufrimiento. Las amistades que duran una vida son aquellas en las que el equilibrio entre el dar y recibir, la honestidad y la contención y el genuino deseo por el bienestar del otro son un parámetro irrenunciable. Desafortunadamente, como en todas las relaciones humanas, este balance puede a veces cambiar y no siempre beneficiar a ambas partes. Por ejemplo, una amistad se da sin esfuerzos hasta que uno de los dos llega a una circunstancia en la que el estatus social o económico del otro cambia. De qué manera los amigos pueden sobreponerse a un cambio como este es una misión delicada. Los celos, la envidia y las inseguridades pueden surgir creando tensión donde antes no existía. A medida que el tiempo pasa nos damos cuenta de que algunos amigos están siempre que las cosas no funcionan pero no pueden soportar nuestro éxito. Así mismo, algunas amistades no pueden tolerar la pérdida del status o la posición de un amigo. Lamentablemente, a veces las amistades son dañadas por la influencia de terceros, como parejas u otro amigo, que crean tensión. Hasta que estemos más concientes y evolucionados tal vez elijamos a las personas equivocadas para que sean nuestros amigos como una forma de elaborar nuestros conflictos irresueltos del pasado. A medida en la que maduramos emocionalmente y nos sanamos esas amistades no van a ser más tolerables para nosotros. Por ejemplo, cuando uno tiene una autoestima baja es posible que elija amigos críticos como una forma de reforzar la imagen negativa que tenemos de nosotros mismos.

En esencia, nuestros amigos son la fuente de vida de la que bebemos. Buenos amigos nos llenan con calidez, honestidad y sentido del bienestar. Si te sientes seco, vacío, disminuido o insultado por un amigo debes darte cuenta de que esto está disminuyendo tu experiencia vital y no contribuyendo a ella. En ese caso, yo me apartaría de esta persona, honraría cualquier bien que obtuviste de ella en el pasado y avanzaría hacia aquellos amigos que sólo desean tu bien." Dr. Karen Binder-Brynes. Psychologist.


jueves, 15 de abril de 2010

Arma de instrucción masiva


Circula día a día por Buenos Aires. Cuatro ruedas. Carrocería cubierta por libros. Cuatro luces de stop de suela de zapatos y se autoproclama: ¡"Arma de instrucción masiva"!

domingo, 11 de abril de 2010

Angustia y violencia

El BAFICI presenta este año una cantidad inédita de films, más de 400. Hasta el momento tuve la oportunidad de ver dos de los que participan en la competencia oficial para mejor película internacional. Uno de estos films es Ajami, de producción alemana-israelí, que aborda la violencia entre los civiles que habitan el área de conflicto judío-palestina. Más allá de la línea argumental central, que se basa en el relato que un niño hace de la ola de venganza que se desencadenó con el asesinato casi accidental de un beduino, subyace a esta trama una idea interesante. En mi criterio, Ajami ilustra como la violencia es un río que corre con facilidad y, una vez instalada, arrasa con quienes intentan alejarse o evitarla. Ante un contexto corrupto, resisten algunos personajes que se esfuerzan por evitar que el rencor siga avanzando. Sin embargo, presos de ese medio ambiente, la única salida que estos personajes encuentran es también la agresión convirtiéndose, inevitablemente, en los corderos del sacrificio. El mundo sigue girando luego de estas inmolaciones, eso sí, cada vez más violento, porque los que sobreviven son los que se adaptaron y no cuestionan el orden establecido.

La segunda película que ví tiene un corte más personal y un relato lírico bellísimo. Se trata de Der Räuber, de origen austro-alemán. Con poquísimos diálogos y una actuación sólida, este film relata la vida de un convicto que pasa sus días en la cárcel entrenando persistentemente en el patio del presidio y en una cinta de correr que, de manera excepcional, le permitieron tener en su celda. Al cumplir su condena y volver a la sociedad, Johann sólo quiere continuar corriendo. Sin motivo aparente, reinicia una frenética carrera por robar bancos. Tal como sucede con la niña de las zapatillas rojas, Johann no puede dejar de correr para apreciar la vida que inesperadamente se despliega a su alrededor. Su pasado, su sombra, sus temores son sus verdaderos persecutores. El corte psicológico del relato es fuerte y contundente, la transformación del protagonista, su "calaberización", su verdugo y su fin, inevitables. A diferencia de Vladimir y Estragón, de Esperando a Godot, que matan su espera con una quietud insoportable, Johann decide correr en círculos hasta agotar por completo su angustia por la libertad.

lunes, 5 de abril de 2010