jueves, 23 de abril de 2009

La canica azul


Para celebrar el día internacional de la tierra. Los invito a que visiten este link:

http://www.youtube.com/watch?v=6sU-Bm7QnAY

viernes, 17 de abril de 2009

Obras para un viernes

"Music I" (1895), Gustav Klimt (1862-1918)

"Son of man" (1964), René Magritte (1898-1967)

"The blue lovers" (1944), Marc Chagall (1887-1985)

Seleccioné estas obras para compartir con ustedes y celebrar la semana que pasó. No son tiempos sencillos, pero es reconfortante recordar que la crisis es el motor de la transformación.

jueves, 16 de abril de 2009

La crítica y los malos pensamientos

Esta mañana recibí un newsletter con un tópico que me afectó profundamente: la crítica, los malos pensamientos. Diversas personas (algunos líderes espirituales y una psicóloga) explican, brevemente, el origen y el alcance negativo que esta conducta tiene, no sobre quienes criticamos, sino sobre nosotros mismos:

"La mayoría de nosotros no prestamos demasiada atención a lo que decimos. Asumimos que una vez que hemos dicho algo, la cuestión ha terminado ahí. Espiritualmente, esto no es cierto. Las palabras son energía y, por lo tanto, permanecen aún luego de haber sido dichas. Los comentarios que salen de nuestras bocas no desaparecen en el aire. Permanecen con nosotros todo el tiempo, obstaculizando o ayudando en nuestro crecimiento espiritual.
Cuando hablamos positivamente y evitamos criticar, nos rodeamos de más y mejor energía positiva, por lo tanto, sustentamos así nuestro crecimiento espiritual. Por el contrario, cuando hablamos negativamente de otros, nuestras palabras se quedan con nosotros a donde quiera que vayamos, bloqueando nuestra felicidad. Por ejemplo, cuando nos levantamos de mal humor sin ninguna razón aparente, los Cabalistas dicen que exite una explicación. La energía que creamos hablando mal de alguien ayer nos afecta adversamente hoy. Y si no corregimos esta situación disculpándonos o comprometiéndonos a no volver a criticar, esta energía persiste y nos influenciará negativamente.
Un gran Cabalista dijo alguna vez: “Presta más atención a lo que sale de tu boca que a lo que entra en ella.”
Por lo tanto, cada uno de nosotros lleva fuerzas espirituales dormidas en su interior, la positiva y la negativa. Estas fuerzas se despiertan dependiendo de donde nos focalicemos nuestros pensamientos, palabras y conciencia. Cuando estamos ocupados focalizándonos o discutiendo los aspectos positivos de otras personas, despertamos fuerzas beneficiosas que estaban dormidas, permitiéndonos experimentar más alegría y plenitud en nuestras vidas. Sin embargo, cuando nos focalizamos en los malos tratos de otros y los criticamos, despertamos las fuerzas negativas que tienen un efecto muy real que daña nuestras vidas.
El disparador de estas fuerzas es lo que determina si vivimos una vida marcada por el caos y la falta de alegría y plenitud.
Sin dudas, cada uno de nosotros está obligado a interactuar con personas difíciles, llevándonos a desear juzgarlos y ver sus peores cualidades. Sin embargo, es en nuestro mejor interés pelear las tendencias innatas a focalizarnos en la negatividad para poder ver y hablar sólo de los buenos aspectos.
Es mi deseo que al comprender la forma en la que nos daña a nosotros el criticar (y no a quienes criticamos) podamos tener mayor conciencia de las palabras que elegimos para hablar, de manera que podamos experimentar una mayor felicidad y plenitud en nuestra vida cotidiana."
Michael Berg
Michael Berg is co-director of the Kabbalah Centre.


"¿Por qué criticamos? ¿Por que escuchamos a otros criticar? ¿Por qué disfrutamos con la negatividad? ¿Por qué hacemos muchas cosas que velan nuestra conciencia o corroen nuestros corazones? Quizás es porque no hemos experimentado suficientemente la alternativa. Quizás es porque no podemos soportar vivir a un nivel de vibraciones superiores, prefiriendo permanecer en el habitual, el lugar común en el que las negatividades están vistas como algo de todos los días.
En sufismo, tratamos de recordar el consejo del Profeta Mahoma quien dijo que la crítica y el cotilleo son peores que el adulterio. “Pero, ¿qué pasa si lo que decimos es verdad?”, alguien preguntó. “Eso es a lo que me refiero con cotilleo”, él respondió, “si no es cierto, entonces es injuria. El cotilleo es hablar acerca de una persona que, si escuchara lo que decimos, se sentiría herida y vos te sentirías avergonzado.”
Imagina una comunidad de personas que se fastidiaran con la crítica, gente en la que pudieras confiar de que no te critican a tus espaldas (pero que discuten y procesan los problemas o las críticas cara a cara). Es un estándar muy alto al que aspirar. Cuando hablas negativamente de alguien y ellos se enteran, tú te conviertes en una persona no grata para ellos. Recuerda la frase de Bob Dylan: “Deseo que por una sola vez pudieras estar en mis zapatos… tu sabrías que triste es verte”.
Hablar negativamente acerca de otros es como dejar basura en la puerta de tu casa o en su interior. Pensar y hablar bien y positivamente con tanta frecuencia como sea posible es como plantar bellos jardines alrededor de tu hogar. Nuestro trabajo espiritual es trascender el ego y asumir la perspectiva divina. Sabios como serpientes, inocentes como palomas, discernimos lo bueno de lo malo, pero no nos dejamos atrapar por la culpa o asumir que tenemos el derecho de juzgar las almas de otros. Deja que el Cosmos y el Karma manejen eso. Seamos el consuelo de unos para con los otros."
Shaikh Kabir Helminski
Kabir Helminski is Shaikh of the Mevlevi Order, Co-director of The Threshold Society (sufism.org).



"Desafortunadamente, decir u oír comentarios negativos acerca de otros no sólo los daña a ellos, sino que puede tener un efecto en robustecer y construir tu propio ego. La gratificación de criticar a alguien o escuchar o leer ese tipo de comentarios dichos por otros nos da la sensación de ser mejor a los demás y de disfrutar a expensas de otra persona.
En el budismo zen tenemos los 10 preceptos. Estos preceptos se agrupan en tres categorías: cuerpo, verbo y pensamiento. De estos diez, cuatro son referidos al buen hablar porque hablar mal de alguien parece ser una de las más grandes trampas en las que caemos los seres humanos, que va en total detrimento de la persona y afecta su karma.
Participar en criticar y hablar mal de una persona es un síntoma de lo inadecuados que nos sentimos. Si nos sintiéramos verdaderamente plenos, completos y en paz (lo que es un estado mental de alerta) no necesitaríamos caer en la trampa de hablar mal de alguien. Cuando vemos que nuestra verdadera naturaleza no tiene carencia lo que más deseamos es festejar y celebrar el éxito y el bienestar de los otros. Cuando no vemos nuestra verdadera naturaleza creemos erróneamente que somos nuestro ego, a lo que llamo nuestro pequeño y limitado ser. No nos damos cuenta del verdadero ser, aquel que trasciende al ego.
Cuando vamos más allá de los límites y nos damos cuenta de nuestro verdadero ser, ahí podemos abrazar a nuestro propio ego. Reconociendo que no podemos ser completamente libres del ego estamos dejando de negarlo. En este punto, estamos alcanzando un estado mental de conciencia que incluye y trasciende al ego.
Nosotros normalmente caemos en la trampa de tratar de deshacernos del ego (lo que es virtualmente imposible porque lo necesitamos para funcionar) o de negarlo y creer que no lo tenemos. Y eso es aún el ego. La llave es estar concientes y reconocer que sólo a través de la conciencia podemos trascender al ego, lo que implica abrazar y traspasar los límites del egocentrismo.
Desde la perspectiva de nuestro verdadero ser, no tenemos preferencia por nuestro propia existencia centrada en el ser o no. Esto es lo que significa incluir e ir más allá del ser. Tan pronto como preferimos una u otra, es el ego el que está al mando. Tan pronto como el ego esté al mando, entonces tenemos placer al hablar de otros, disminuir a otros o regocijarnos por su mala fortuna porque no vemos que todos somos uno y estamos conectados. No vemos que intrínsecamente yo soy vos y que tu buena fortuna es mi propia buena fortuna y que tu desdicha es mi propia desdicha."
Dennis Genpo Merzel
Zen Master Dennis Genpo Merzel is the founder of Big Mind Big Heart, A Western Zen Practice and head of Kanzeon Zen International. His latest book is Big Mind, Big Heart: Finding Your Way. For more on Dennis Genpo Merzel’s work, visit http://goop.list-manage.com/track/click?u=b7f2a5506a4a9de2d9bbf13de&id=cd75e4f375&e=96ba1bcdae.



"He pensado largamente acerca de por qué la gente siente la necesidad de hablar mal de otras personas o se energiza y excita cuando se dan cuenta de la negatividad que rodea a los otros. He practicado yoga por algunos años. Mis maestros repiten constantemente que para elevar la pose de yoga uno debe enraizarse en el piso. Creo que esta metáfora es aplicable a estas preguntas.
Cuando una persona no se siente bien consigo misma busca formas para elevar su autoestima, aunque sea momentáneamente. Mirando a los otros o sintiéndose contentos con la mala fortuna de los otros, sienten que elevan su propia estima. Comúnmente, esto funciona incluso en grupos de gente. Siendo negativos acerca de los “extraños”, un sentido de unidad se desarrolla dentro del grupo.
A veces, esta necesidad de disminuir a los otros también es generada por el miedo a la gente o a los grupos diferentes porque se los considera “amenazadores”. Algunas de esas necesidades de negatividad proviene, probablemente, desde los origenes habiendo sido una forma en la que los clanes se unían para protegerse de las fuerzas peligrosas externas. Sin embargo, en general, creo que la necesidad de hablar mal de otro o de hacer énfasis en los problemas de los otros es una forma rápida y barata de elevar falsamente la propia autoestima. Un elevador de la autoestima mucho más positivo y de efectos más prolongado es sentirse positivos acerca de los otros y desarrollando la empatía y la compasión cuando se trata del sufrimiento de otro ser humano. Creo que si somos verdaderamente honestos con nosotros mismos sabemos que cuando deseamos el bien, ya sean seres queridos o extraños de los que oímos hablar en los medios, obtenemos un sentimiento más brillante y positivo que aquel que surge de desear negatividad al darnos cuenta del dolor ajeno.
Como terapeuta he trabajado a lo largo de los años con muchos tipos de personas. No tengo dudas de que la buena energía que se pone en el mundo va a ser reflejada en formas positivas. Tendemos a atraer aquello que generamos. Estoy segura de que todos nosotros preferimos atraer luminosidad y bienestar antes que oscuridad y negatividad."
Gracias,
Dr. Karen Binder-Brynes
Dr. Karen Binder-Brynes is a leading psychologist with a private practice in New York City for the past 15 years. See her website, drkarennyc.com, for more information.

miércoles, 8 de abril de 2009

lunes, 6 de abril de 2009

Marcha segura

Lo mejor de leer un clásico o releerlo es encontrar las gemas que aquellos intérpretes de los silencios profundos han traducido para nosotros.

Visitar a Mrs. Dalloway (1925), de Virginia Woolf (1882 - 1941), me puso en contacto con algunos párrafos que quisiera compartir:

"Tales son las visiones que ofrece al viajero solitario grandes cornucopias llenas de frutas, o murmuran en sus oídos como sirenas que galopan en las verdes ondas del mar, o se lanzan a su rostro como ramos de rosas, o surgen a la superficie como pálidas figuras que el pescador quiere abrazar a través de las olas.

Tales son las visiones que flotan sin cesar ante lo real, lo rodean, lo esconden; que a veces dominan al visitante solitario y le quitan el sentido de la tierra, el deseo de volver, y le dan, en cambio, una paz total, como si (así piensa, mientras prosigue el camino del bosque) toda esta fiebre de vivir fuera la simplicidad misma; como si esas miríadas de cosas fueran una sola; como si esa figura, hecha de cielo y ramas, se hubiera alzado del turbado mar (y él es viejo, tiene más de cincuenta años) como una forma nacida de la espuma de las olas para impartir con sus manos magníficas la comprensión, la compasión, la absolución. Ah, piensa, no volver más a la luz de la lámpara; no volver más a mi gabinete; no terminar mi libro; no vaciar mi pipa; no tocar el timbre para que Mrs. Turner venga a barrer, sino marchar derecho hacia esa gran figura que con un movimiento de su cabeza me levantará sobre sus ramas y me dejará disolver en la nada, con todas las cosas".

Otras obras de Virginia Woolf:

- To the Lighthouse (Al faro) (1927)
- Orlando (1928)
- The waves (Las olas) (1931)