lunes, 26 de octubre de 2009

En perspectiva

Recibí un mail que hoy quiero compartir con ustedes.

"El telescopio espacial Hubble es un telescopio robótico localizado en los límites exteriores de la atmósfera, en órbita circular alrededor de la Tierra a 593 km sobre el nivel del mar, con un período orbital entre 96 y 97 minutos, a una velocidad de 28.000 km/h.
Fue puesto en órbita el 24 de abril de 1990 como un proyecto conjunto de la NASA (National Aeronautics and Space Administration, de Estados Unidos) y de la ESA (European Space Agency) e inauguró el programa de Grandes Observatorios.
Pesa alrededor de 11 toneladas, es de forma cilíndrica y tiene una longitud de 13,2 metros y un diámetro de 4,2 metros."

Gracias al Hubble fue posible acceder a lugares recónditos de nuetro universo para obtener imágenes únicas de los millones de estrellas, constelaciones, galaxias, agujeros negros y sistemas solares aún en formación, entre otras maravillas.

Seleccioné para compartir con ustedes algunas fotografías que encuentro, sencillamente,... La belleza del cosmos es inenarrable, me produce una emoción instantánea y me pone en perspectiva, me alínea. ¡Que las disfruten!


La Nebulosa del esquimal


Un agujero negro


Una proto-estrella


Noche estrellada (¡Una versión ligeramente diferente de la de Vincent Van Gogh!, aunque igualmente emocionante)


La nebulosa del cisne


La nebulosa de la hormiga


Finalmente, nuestra Vía Láctea y marcado en un círculo rojo nuestro Sistema Solar... ¡qué pequeños somos!

Como alguna vez dijo el autor teatral Armándo Discépolo: "Conociendo la pequeñez de nuestros destinos, me parece ridícula la enormidad de nuestras pretensiones"

¡Buena semana!

miércoles, 21 de octubre de 2009

Abigail Adams

Hoy, en un capítulo de "The actor's studio" (que en la Argentina lo emite People & Arts) en el que James Lipton entrevistaba a la actriz norteamericana Laura Linney recordé una de las series televisivas más interesantes que ví en los últimos tiempos. Se trata de "John Adams" (acá se transmitió por HBO), protagonizada por Paul Giamatti y la misma Linney.

La historia de esta serie se centra en la vida de John Adams, uno de los "founding fathers" (padres fundadores) de la revolución norteamericana (1776), junto a George Washington (primer presidente de Estados Unidos), Benjamin Franklin, Thomas Jefferson y Alexander Hamilton, entre otros.

La serie es impecable por su exhaustividad histórica que se denota no sólo en los vestuarios y decorados sino en los diálogos de sus protagonistas extraídos, en su mayor parte, de sus epistolarios. La serie ilustra claramente cómo el origen de la nación más poderosa de la tierra no se produjo de una manera armónica y lineal sino que fue el fruto de la disputa, el enfrentamiento y la confrontación de las ideas, muchas veces opuestas, de hombres de carne y hueso. Adams, por su parte, no encarnó a la facción más popular y carismática, sino que, por el contrario, intentó durante sus diversas gestiones como funcionario del gobierno revolucionario, vicepresidente y, finalmente, presidente de los Estados Unidos, construir una nación en la que se privilegiara el valor de la vida humana ante propuestas más economicistas, como las que sostenía, por ejemplo, Hamilton.

Por otro lado, sin ser un revolucionario extremo como fue Jefferson, Adams cultivó la sobriedad, la astucia intelectual y la consistencia en su pensamiento a través de los años, aunque sus escasos dones para la diplomacia y la negociación lo obligaron a tomar un camino cada vez más solitario. Sin embargo, esa soledad pública contrastaba con su vida privada ya que siempre fue acompañado intelectual y espiritualmente por su esposa, Abigail. En tiempos de guerra, de luchas internas y de conflictos con sus propios hijos, Abigail fue una brújula inclaudicable en la vida de Adams.

Él que a veces se dejaba llevar por el apasionamiento de la contienda política y el menudeo, sólo recobraba el sentido de su misión cuando Abigail lo arrastraba a los temas relevantes. Así, en 1776, en vísperas de la declaración de la independencia, su esposa le envía a Adams una carta de gran relevancia histórica y simbólica. Esta carta, que Linney recitó maravillosamente en la entrevista que les mencioné, no la interpreto únicamente como una manifestación proto-feminista. Creo que esta carta encierra un profundo humanismo, un deseo de que todos aquellos que habían contribuído para la independencia fueran reconocidos por la naciente nación. Abigail apela al hombre que la ama para que no se olvide de quién es él y que incluya entre sus luchas la lucha de todos los que no tenían voz. Es bella y dura a la vez, aquí se las transcribo:

"En el nuevo código de leyes, que supongo tendráis que redactar, desearía que te acordases de las damas, y que fueses más generoso y condescendiente con ellas que tus antepasados. No pongas un poder tan ilimitado en las manos de los maridos. Recuerda que todos los hombres serían tiranos si pudiesen.
Si no se nos presta especial atención y cuidado a las damas, estamos decididas a organizar una rebelión y no nos consideraremos obligadas a obedecer ninguna ley en la que no hayamos tenido ni voz ni voto.
Que los de tu sexo sois, por naturaleza, tiránicos, es una verdad tan cabalmente establecida que no admite discusión; pero aquellos que deseáis la felicidad, debéis suprimir el duro título de amo por otro mas afectuoso y tierno, como es el de amigo.
Por lo tanto, ¿por qué no dejar fuera de la potestad de los malvados y de los sin ley el poder valerse impunemente de nosotras con crueldad e indignidad? Los hombres sensatos de todas las épocas han sentido aversión por esas costumbres, por las que se nos trata únicamente como esclavas de vuestro sexo."



viernes, 16 de octubre de 2009

Conversación

Pasaban las horas, los días, las semanas, los años, las vidas.
Y ellos seguían sin ponerse de acuerdo.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Starry, starry night




Sunflowers (1887, MET)


Shoes (1888, MET)


Oleanders (1888, MET)


Starry night (1889, MoMA)



Noche estrellada,

Pinta tu paleta de azul y gris,

Mira el día de verano

Con ojos que conocen la oscuridad de mi alma.

Sombras en las colinas,

Dibuja árboles y narcisos,

Atrapa la briza y el viento frio de invierno,

En colores sobre la tierra lineácea.


Ahora comprendo lo que intentabas decirme,

Cómo sufriste por tu sanidad,

Cómo trataste de liberarnos.

Ellos no te escucharon, no sabían como.

Tal vez escuchen ahora.


Noche estrellada

Flores que flamean en tonos fuego,

Nubes arremolinadas en tonos violetas,

Reflejan los ojos violetas de Vincent.

Los colores que cambian de tono, un campo de mañana en ámbar,

Caras ajadas delineadas en dolor

Son amansadas bajo la mano amorosa del artista

Ahora comprendo lo que intentabas decirme

Como sufriste por tu sanidad,

Como trataste de liberarlos.

Ellos no escucharon, no sabían como.

Tal vez escuchen ahora.


Ellos no podían amarte,

Pero aún así tu amor era verdadero.

Y cuando ya no quedaba esperanza

En esa noche estrellada

Tomaste tu vida, como los amantes hacen usualmente.

Pero pude haberte dicho, Vincent,

Este mundo no fue hecho para alguien

Tan hermoso como tú.


Noche estrellada.

Los retratos cuelgan en salas vacías.

Marcos en paredes sin nombre,

Con ojos que miran el mundo y no pueden olvidar.

Como los extraños que conociste,

Los hombres harapientos en ropa harapienta,

Las espinas de plata de una rosa roja

La mentira chocó contra la nieve virgen.


Ahora creo que entiendo lo que intentabas decirme,

Como sufriste por su sanidad,

Como trataste de liberarnos.

Ellos no escucharon, aún no escuchan.

Tal vez nunca lo hagan.

Don McLean, Vincent


Para escuchar la canción acompañada de imágenes de las obras de Vincen Van Gogh: http://www.youtube.com/watch?v=nkvLq0TYiwI

lunes, 5 de octubre de 2009

El misterio de dar


Ayer fui a ver al teatro Nacional Cervantes la obra de Griselda Gambaro, "El misterio de dar". La vejez, la soledad y la tristeza son el marco de la vida de su única protagonista, interpretada por Adriana Aizemberg.

No me animo a dar un juicio global de la obra porque considero que, a pesar de su simplicidad, abarca un significado profundo y edificante al que sólo se accede con el tiempo. Lo que sí puedo contarles es que con ternura y humor, Gambaro y Aizemberg nos transmiten que el sentido de la vida muchas veces se alcanza en lo momentos menos esperados. Como gracia, se derraman sobre los sencillos, mezquinos y pequeños destinos que componemos diariamente. Más allá de que lo reconozcamos, el milagro se cuela por nuestra piel y nos eleva.

Así, en ocasiones a nuestro pesar, la mirada se amplía, el corazón palpita más profundamente, la sangre intesifica su color, nuestros ojos vuelven a brillar.