lunes, 14 de junio de 2010

A la carta

La muerte nos deparó una sorpresa. Otra de las paradojas del destino. La mamá de Pipo Pescador había fallecido: "la función se suspendió", nos informó el boletero.

Salimos a navegar por la ciudad, a la deriva. Teníamos una hora y media antes de reincidir en el teatro, a ver un sustituto muy merecedor de nuestra más genuina alegría: Caracachumba a la carta.

La compañía, inmejorable: la criatura más soñadora, intrépida, valerosa y devoradora de chupetines y pochoclos me tomó fuerte la mano.

Por la calle Corrientes saltamos baldosas, corrimos palomas y nos quedamos atónitas ante los carteles luminosos. "Escuchame", me dijo, "¿tomamos el colectivo?".

No pudimos montar ese titán de hierro, rugiente y humoso. Teníamos una cita cuatro y media. Llegando me dió la peor noticia de todas: "Escuchame", me volvió a decir y temblé, "No vamos a ver al sapo Pepe, no vamos a ver Caracachumba." La ciudad era demasiado fascinante para encerrarnos entre paredes.

La promesa del pochoclo fue nuestro anzuelo hacia el otro mundo. Y allí nos ubicamos, junto a un público ansioso, pero atento y cortés, que aplaudió cada acorde, cada chiste de un espectáculo delicioso.

Ella se sentó bien atrás en la butaca y se tapó la cara con el programa, pero ante el tsunami de risas, colores, música y alegría no tuvo más remedio que asomarse. Allí estaba, disfrutando de cada instante, tomando la oportunidad de ser. Y a su lado, yo, que volvía a tener 5 años y aplaudía y lloraba como hacía tiempo que no lo hacía. El señor de al lado nos miraba pasmado, tal vez nunca había visto dos seres tan felices.

Nos fuimos y prometimos volver. Nos fuimos, pero cantando y no justamente bajito:

"Abriendo los ojos te encuentro,
Te encuentro y abro el corazón.
Abriendo la boca, te canto y cantando
Abrimos el telón.

Abriendo las manos te toco,
Te toco y toco esta canción.
Canciones, razones que abren corazones,
Abrimos el telón.

Se abren canales, persianas, cadenas, escuelas, un frasco, se abre el acordión.
Abrimos libros, cajitas de música, un vino,
Abrimos la imaginación."


2 comentarios:

YoGuR dijo...

Flor...se nota que lo pasaron muy bien!!!
Y no me puedo imaginar como es posible que con una nena de 3 años un adulto la pase tan bien!!
para mi es como si fuese la verdadera felicidad...

Piel de foca dijo...

Lo es! Absoluta felicidad y gratitud, también, por poder tomar cada uno de esos momentos de unión e imprimirlos en el alma.